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¿En qué debo fijarme a la hora de elegir un repetidor WiFi?

El precio, la compatibilidad o la facilidad de configuración son algunos de los aspectos que se deben tener en cuenta para elegir un repetidor WiFi adecuado

Alzar el móvil todo lo posible o trasladarse a una esquina de la habitación para sumar una raya de WiFi y acelerar la conexión son experiencias tan frecuentes como molestas. Y denotan un problema evidente: la señal de internet no alcanza todos los rincones del hogar o de la empresa como debería. Ahora bien, ¿cómo solucionar esto? En muchas ocasiones, basta con instalar un repetidor WiFi.

El repetidor es un aparato que se conecta a una toma de corriente eléctrica y recoge todas las señales de nuestra red WiFi que detecta para, a continuación, enviarlas de nuevo. O, como su propio nombre indica, repetirlas.

A veces, el router está ubicado en un extremo de casa u oficina. Por este motivo, no es extraño que las personas que se hallan en la otra punta puedan experimentar problemas de señal. Esta llega con debilidad, y no resulta suficiente para conectarse a internet de modo fluido.

Pero, si se coloca un repetidor WiFi a medio camino, este se encargará de darle un empujón a la señal, que viajará con más fuerza, acabando así con los problemas de conexión.

Una solución barata y fácil de instalar, dado que tan solo se necesita un enchufe donde conectar el dispositivo para aumentar la cobertura del WiFi. De hecho, muchos repetidores cuentan con una aplicación propia que simplifica todavía más su configuración, convirtiéndolos en una especie de plug and play. Y, como llevan muchos años en el mercado, son ya una tecnología probada que se puede encontrar y adquirir a precios muy asequibles.

¿Cómo sortear los obstáculos que afectan al WiFi?

Por regla general, los datos de alcance de la señal WiFi publicados por los fabricantes se refieren a mediciones en unas condiciones óptimas de temperatura, humedad y en espacios abiertos. Pero la realidad es otra. Los routers están instalados en casas u oficinas, donde hay paredes, puertas, habitaciones…

A medida que atraviesa estos obstáculos, la señal va perdiendo intensidad, velocidad y alcance. Además, durante su trayectoria va creando refracciones o rebotes, que generan interferencias y degradan la eficiencia y la calidad del WiFi.

Elegir un repetidor WiFi no soluciona directamente estos problemas. Pero sí resulta eficaz para minimizar su impacto. ¿Cómo? Añadiendo un punto en el que se repite y amplifica la señal WiFi, de forma que pueda llegar más lejos y dar servicio a un mayor número de dispositivos que, de otra manera, no podrían disfrutar de conexión.

¿Cómo saber si es necesario instalar un repetidor WiFi?

Enfrentarse constantemente a problemas de conexión es uno de los síntomas más evidentes de que podría ser conveniente elegir un repetidor WiFi. No obstante, hay multitud de aplicaciones diseñadas para medir con exactitud la velocidad y el alcance de la red y obtener datos fiables sobre su funcionamiento.

Para examinar el alcance existen diferentes aplicaciones móviles, como Signal Strength, o programas más completos, como Acrylic Wi-Fi Analyzer. Una potente herramienta que permite a los usuarios observar cómo fluctúa el gráfico de indicador de fuerza de la señal recibida (RSSI) conforme se desplazan por la instalación. Lo idea es que, independientemente de la ubicación, este valor no descienda de -75. Cuando el RSSI se encuentra entre -75 y -100, es muy probable que la conexión no sea buena y haya que tomar medidas.

Para analizar la velocidad se puede recurrir a multitud de tests online como Speedtest, creados muchas veces por los distintos proveedores de internet. Un método sumamente rápido y sencillo con el que se puede averiguar la velocidad de subida, la velocidad de bajada y otros factores como la latencia.

Siempre es recomendable medir estos datos desde diferentes dispositivos y comparar los resultados, incluyendo teléfonos móviles y ordenadores, puesto que su hardware WiFi y sus antenas son distintas. Si ambos gozan de buena conexión, lo más probable es que futuros dispositivos tampoco se enfrenten a problemas.

En aquellos lugares donde el RSSI sea inferior a -75, podría ser aconsejable instalar un repetidor WiFi, con el objetivo de ayudar a la señal a alcanzar todos los rincones. Aunque para las tareas que exigen más demanda de recursos, como los videojuegos online en tiempo real, podría no bastar, sí que permitirá navegar con tranquilidad o usar las redes sociales con fluidez.

¿Cómo elegir un repetidor WiFi?

Hay una serie de aspectos que se deberían tener en cuenta a la hora de elegir un repetidor WiFi para acertar con el modelo.

La compatibilidad es, indudablemente, una de las cuestiones más críticas. Habitualmente, los repetidores más baratos solo soportan la banda de frecuencia de 2,4 GHz. Si el WiFi funciona en 5 GHz o 6 GHz, es primordial asegurarse de elegir un repetidor WiFi que trabaje en estas bandas. También es vital comprobar su rango de alcance, con el fin de verificar que el dispositivo va a ser suficiente para cubrir el área deseada y acabar con las zonas muertas.

Hay que valorar, además, otras características adicionales. Algunos usuarios tienen necesidades específicas, y deben buscar un repetidor que las satisfaga. Por ejemplo, que sea de banda dual o que disponga de un puerto Ethernet que posibilite la conexión mediante cable.

Asimismo, existen otros factores menos tecnológicos, pero igual de decisivos para elegir un repetidor WiFi, como el precio, el diseño, las reseñas o la ubicación.

En lo referido al precio, no se debe olvidar que lo barato puede salir caro. Si bien hay opciones para todos los bolsillos, es crucial cerciorarse de que los más económicos cumplen con las necesidades básicas y no sacrifican la calidad. Y la estética también puede ejercer mucha influencia en el momento de decantarse por un modelo o por otro.

Por otro lado, investigar las opiniones de las personas que ya hayan adquirido ese repetidor en concreto es la forma más fiable de descubrir si realmente cumple con las expectativas y resuelve los problemas de señal. Y, una vez se ha comprado, hay que acertar con la ubicación en la que se instala. No solo para exprimir al máximo sus capacidades, sino para asegurarse de que se dispone del sitio para enchufarlo. Estos dispositivos son anchos y, si se conectan a una regleta o un ladrón, podrían chocar con el resto de aparatos.

¿Y qué hay de la seguridad?

Cuando un usuario decide elegir un repetidor WiFi, la seguridad puede que sea una de sus principales preocupaciones. Per se, estas soluciones no representan ninguna amenaza para la red, ya que no alteran el nivel de seguridad ni se modifica la clave.

Sin embargo, es importante tener presentes un par de aspectos. Los repetidores permiten que la señal llegue más lejos. En consecuencia, aumenta considerablemente el nivel de exposición del WiFi. Se puede acceder a la red a una mayor distancia, lo que facilita la posible entrada de intrusos o que se realicen ataques desde lugares más alejados.

Además, si el repetidor permite la conexión por cable de red o USB, se deben extremar las precauciones. Especialmente cuando se instala en un lugar público y desatendido. Cualquier persona podría conectarse a él para obtener información de configuración o, incluso, configurarlo de manera insegura. Por esta razón, resulta indispensable cambiar las contraseñas y ubicarlo en zonas que no estén al alcance de la vista ni sean accesibles fácilmente.

Si se tiene todo esto en mente, elegir un repetidor WiFi y aprovechar su potencial será una tarea mucho más sencilla.