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¿Cuál es la ubicación ideal para un router WiFi?

Existen herramientas que resultan de gran ayuda a la hora de encontrar la ubicación ideal para un router WiFi y así disfrutar de mejor conexión

Los avances tecnológicos han transformado prácticamente todas las esferas de la vida cotidiana, tanto a nivel laboral como social. Aun así, los problemas de conexión están a la orden del día. En muchas casas o empresas, la señal no llega con fuerza a todos los dispositivos, ralentizando notablemente la navegación por internet. Y aunque en un primer momento se podría pensar que la solución pasa por contratar más potencia o incorporar un amplificador, a veces la respuesta es más sencilla. Puede ser que, simplemente, no se haya encontrado la ubicación ideal para un router WiFi.

En muchas ocasiones, se tiende a colocar el router en espacios vacíos donde hay una toma de corriente libre, al lado del conector de cable o fibra. O incluso en la zona que, a primera vista, parece más adecuada. Pero no siempre se suele meditar esta decisión, sin tener en cuenta que va a ejercer una gran influencia en la calidad de la conexión.

Y es que hay infinidad de factores que pueden repercutir en la intensidad de la señal, desde el diseño de casa o las instalaciones, los obstáculos que debe superar por el camino, la distancia a la que se hallan los dispositivos… No obstante, si se recurre a las herramientas adecuadas, dar con la ubicación ideal para un router WiFi no tiene por qué ser complicado.

¿Qué obstáculos pueden afectar al WiFi?

Las emisiones WiFi viajan a través de ondas de radio en las bandas de frecuencia de 2,4 GHz, 5 GHz y 6 GHz. En función de la versión WiFi empleada, como WiFi 6 o WiFi 7, los datos son enviados en diferentes modulaciones que pueden afectar al alcance.

En las frecuencias más bajas, como 2,4GHz, las emisiones tienden a ser más robustas con una potencia estándar. En condiciones ideales en un espacio abierto, la señal puede llegar más lejos. Y aunque se introduzcan elementos constructivos por el camino su penetración suele ser buena. ¿El motivo? Las ondas de radio de menor frecuencia se atenúan menos al atravesar materiales o pisos.

En los edificios hay multitud de elementos constructivos que contribuyen a mermar la señal. Los ascensores son uno de los más destacados debido a su estructura metálica. Las paredes fabricadas con materiales densos como el ladrillo también afectan al WiFi, así como las paredes dobles, que son de mayor espesor y suelen contar con un aislamiento intermedio.

Por lo general, la incidencia de las puertas en la señal es menor que la de las paredes. Aunque si son de madera sólida o tienen algún refuerzo podrían disminuirla de modo significativo. Las ventanas no tienen demasiado impacto, sobre todo si no poseen recubrimientos metálicos, ya que el vidrio es uno de los materiales que menos daña la señal. Por último, la repercusión de los armarios y del resto de muebles es similar a la de las puertas y ventanas.

Con todo, en ocasiones coexisten otros problemas. Y, a pesar de que se haya dado con la ubicación ideal para un router WiFi, podría continuar habiendo cortes, caídas o bajas velocidades.

En estos casos, la causa puede hallarse en fallos en la configuración o, incluso, en la presencia fraudulenta de intrusos como los vecinos, que podrían estar robando el WiFi y el ancho de banda. Afortunadamente, esto se puede solucionar de manera sencilla. Basta con revisar la configuración para comprobar qué usuarios están conectados y reforzar la seguridad con parámetros más robustos.

¿A qué distancia debe ubicarse el router?

Habitualmente, un nivel de intensidad de señal RSSI superior a -70 suele ser síntoma de una buena cobertura. Esto se traduce en una experiencia de navegación satisfactoria en la que, por ejemplo, no se van a sufrir cortes en las videollamadas.

Ahora bien, ¿cuál es la distancia recomendada a la que se deben situar los dispositivos finales del router? Evidentemente, si necesitan estar a menos de un metro para funcionar de forma óptima, el problema no se habrá resuelto.

En las bandas de frecuencia de 2,4 GHz se suele disfrutar de mejor cobertura a una mayor distancia del router. En el caso de las bandas de 5 GHz o 6 GHz, por la contra, es necesario estar más cerca para mantener un buen nivel de señal.

Sin embargo, hay que tener presente el uso que va a hacer cada usuario. Si las personas van a utilizar el WiFi para ver YouTube, hacer videollamadas, navegar por internet o mirar el correo, tampoco es necesario disponer de velocidades estratosféricas, dado que realmente no se les estaría sacando partido.

A pesar de todo, si los internautas están lejanos al router, es más probable que los paquetes WiFi lleguen corruptos al receptor, que tendrá que solicitarlos de nuevo. Los datos llegarán con retardo, lo que supone un incremento de la latencia y podría generar problemas para tareas más exigentes, como jugar online con fluidez.

Asimismo, cuando se elige la ubicación ideal para un router WiFi es importante recordar la regla de los 30 centímetros. Esta teoría aboga por dejar esa distancia mínima, con el fin de impedir que el dispositivo cope la intensidad de la señal y favorecer su reparto uniforme.

¿Cómo escoger la ubicación ideal para un router WiFi?

No hay una respuesta estándar para esta pregunta. Todo depende de la distribución espacial de la instalación y el uso que se le vaya a dar al WiFi.

En los locales o apartamentos conformados por una única planta, lo más recomendable es situarlo en el centro. Con una excepción. Si son demasiado grandes, es preferible localizarlo en un extremo, instalando un repetidor, un extensor o un sistema de WiFi mesh en el lado opuesto para dar servicio a todo el espacio.

Por el contrario, si hay varias plantas, se debería procurar que no haya un router encima o debajo de otro, alternando también su configuración de canales. De esta forma, no interferirán ni se solaparán entre sí, garantizando una experiencia de roaming correcta.

En algunos casos ya se ha encontrado la ubicación ideal para un router WiFi, pero el problema radica en el aparato, que no emite con la suficiente potencia o carece de antenas integradas. En estas situaciones, la solución más simple y barata para mejorar la cobertura pasa por incorporar un punto de acceso conectado por cable al router, desactivando previamente el WiFi del propio router.

Las antenas, por su parte, suelen ser omnidireccionales. ¿Qué significa esto? Si se colocan en vertical, su dirección de emisión adquiere una forma de dónut. La antena funciona como el agujero: emite hacia los lados, pero no por arriba ni por abajo.

Por esta razón, si se deja el punto de acceso en un mueble a media altura, lo idóneo será colocar las antenas en posición vertical para facilitar la distribución de la señal. En cambio, si el punto de acceso se encuentra en el suelo o en el techo, es conveniente inclinar ligeramente las antenas, orientando el dónut hacia las zonas donde se hallan los dispositivos.

Herramientas para encontrar la ubicación ideal para un router WiFi

Existen diversas maneras de hallar la ubicación ideal para un router WiFi. Una de las más populares es, a la vez, una de las más rudimentarias: desplazarse con el teléfono móvil a lo largo de las distintas estancias e ir comprobando cómo varía el nivel de intensidad de señal. Si se detectan áreas donde la cobertura es deficiente, se puede probar a mover el router y, acto seguido, verificar si esto resuelve los problemas de conexión.

Pero también hay herramientas más completas que proporcionan información más exacta. Herramientas intuitivas, fáciles de usar y válidas para uso profesional, como Acrylic Wi-Fi Heatmaps. Un programa que se puede utilizar de forma gratuita y con el que es posible realizar planificaciones teóricas y mediciones sobre un plano o imágenes por satélite.

Gracias a esta planificación, los usuarios pueden señalar la posición del router o del punto de acceso, detallando además el plano del lugar y los elementos constructivos, con el objetivo de obtener una simulación de la cobertura y de los niveles de señal. A continuación, pueden ir desplazando el router a lo largo de la simulación hasta alcanzar los niveles deseados. O, si esto no basta dar cobertura a toda la instalación, añadir repetidores o un sistema de WiFi mesh.

Esta clase de soluciones son muy comunes cuando el espacio es demasiado grande o cuando los elementos constructivos producen una atenuación muy considerable de la señal. De todos modos, la mejor alternativa suele ser la colocación de un punto de acceso cableado al router, pues no entraña una pérdida de velocidad ni afecta a la transparencia de la comunicación.

Una vez se dispone de la planificación teórica con la ubicación ideal para un router WiFi, es el momento de iniciar la toma de mediciones reales. El mapa de calor permite a los usuarios descubrir la cobertura real del punto de acceso y cerciorarse de que cumple con las expectativas, ya que el modelo teórico simulado no siempre se ajusta por completo a la realidad.

Si la señal alcanza todos los rincones deseados, se habrá resuelto el problema satisfactoriamente.